El
lado oscuro del cielo
Capitulo
3 (contado por Daniel)
Los
guardianes ocultos.
Acababa de
llegar a un nuevo instituto ya me estaban sonsacando información, aunque por lo
menos creo que he encontrado lo que vinimos a buscar. Aunque esa chica...esa
chica casi hace que cuente todo los que soy y el por qué estoy aquí. Tengo que
tener cuidado con Mara y sobre todo con su amiga. Tiene algo que no sé...no me
gusta.
La excusa que
había puesto para marcharme no era muy buena pero necesitaba marcharme para
encontrarme con Isabella. Me acerqué al gimnasio e Isabella estaba en la
esquina.
Isabella
aparentaba menos edad que yo pero en realidad lleva en el plano terrestre
el doble de tiempo que yo. Era baja, delgada y tenía el pelo largo y negro como
el tizón. Tenía la piel pálida y los labios rojos. Yo, a veces, la llamaba
Blacanieves para fastidiarla un poco pero era mejor no enfadarla ya que te
podía romper la mandíbula de un golpe. Lo digo por experiencia propia.
-Buongiorno
Dani!! ¿Qué tal tu primer día?-me dijo Isabella con su perfecto acento español.
No sabía como lo hacía para hablar como una española de nacimiento. Era
buenísima en los idiomas. Yo en cambio, para eso, era pésimo.
-Hola,
Bella-le dije-Pues bien. Aunque he tenido que dar una excusa muy cutre para
venir a verte. Creo que creen que soy un poco raro-le dije en un perfecto
italiano.
-¿Has
encontrado algo interesante?-me dijo en italiano-Yo no he encontrado a nadie,
pero siento que está cerca. Y lo dice mi intuición que como tu sabrás casi nuca
falla.
-Pues sí, al
contrario que a ti yo si he encontrado algo bastante interesante y hasta mi
nuevo tutor me ha colocado justo a su lado. Se llama Juan y creo que es a la
persona que estamos buscando, pero todavía no estoy del todo seguro-le dije
educadamente a Bella.
-¿De verdad? ¿
Y quien crees que podría ser?-me preguntó interesada. Aunque tuviese más
experiencia y más años que yo, yo estaba mucho más por encima que ella en la
pirámide de poder de los guardianes y por eso mismo a veces me gustaba recordarle
que yo encontraba más rápidamente a los guardianes que ella, pero nunca lo
admitirá.
-No lo sé
exactamente pero creo que es un guardián poderoso y no creo que sea el único de
este lugar-le dije con un poco de duda en la voz.
Entonces tocó
el timbre. Y me despedí de Bella, quedando con ella en la puerta principal del
edificio para irnos a “casa” ya que se supone que ella es mi hermanastra. Solo
de pensar que eso fuera verdad se me pondrían los pelos de punta.
Me dirigí
hacia las pistas, ya que según me había dicho Juan, este mes nos tocaba
educación física en las pistas y no en el gimnasio. Es increíble que tuviera
que tener esa maldita asignatura cuando yo tengo que entrenar,
obligatoriamente, 2 horas diarias todo tipo de luchas, ejercicios físicos de
cualquier tipo, acrobacias,... Aunque era mi oportunidad de investigar mis
sospechas sobre si alguno de estos críos era un guardián oculto.
Los guardianes
ocultos somos una organización totalmente secreta formada por nefilims, hijos
de ángeles, y ángeles caídos reencarnados en humanos. Yo era uno de los más
importantes, ya que era la reencarnación no de un ángel, no, sino de uno de los
arcángeles. ¿Os suena Gabriel? Pues ese soy yo.
Tras la caída de Lucifer del cielo, muchos ángeles también fueron expulsados
del cielo por Dios. Muchos ángeles siguieron a Lucifer hasta los que los
humanos conocen como Infierno, que en realidad es una dimensión paralela donde
Lucifer y sus aliados se escondieron de Dios. Muchos otros ángeles se quedaron
en el mundo terrenal. Estos ángeles se mezclaron con los humanos y algunos
tuvieron relaciones con esto dando lugar a los nefilim, hijos de humanos y
ángeles caídos. Isabella, por ejemplo, era una. Una de las características de
los nefilim era la inmortalidad, bueno, no exactamente inmortalidad. Eran
mortales pero no envejecían nunca. Crecían hasta cierta edad, varía según la
persona, y se quedaban estancados para toda la vida. Un día, poco después de la
resurrección de Cristo, Lucifer y sus secuaces, salieron de su escondite e
inundaron el mundo terrenal. Cada demonio, nombre de aquellos ángeles caídos
que decidieron seguir a Lucifer, incluidos Lucifer, se escondió en un cuerpo
humano para que no los reconocieran. Entonces empezó la guerra entre ángeles y
demonios. Los ángeles caídos, al ver tal catástrofe, y para que los demonios no
los encontraran se reencarnaron también en humanos y se juntaron con los
nefilim formando la organización de los guardianes ocultos. Hace algunos
siglos, Dios mandó a algunos de sus ángeles de confianza a luchar y encontrar a
Lucifer junto con los guardianes ocultos. La mayoría eran ángeles normales,
pero también nos mandó a la Tierra a sus arcángeles. Y ahí es donde entro yo.
Mi trabajo es encontrar a esos ángeles mandados por Dios y sobre todo encontrar
a mis “hermanos” los arcángeles.
Llegué a las
pistas y ya estaban todos mis compañeros de clase estirando y ahí estaba ella.
Se había puesto un chándal de color turquesa y negro con una camiseta, muy
pegada, de color blanco. Esta chica me va a volver loco. Había algo en ella que
hacía que no pudiera dejar de mirarla e iba a descubrir que era, además supongo
que tendré que pasar mucho tiempo con ella, cosa que no me desagradaba para
nada, ya que era la mejor amiga de Juan, demasiado amiga para mi gusto.
Espera...¿Me estaba poniendo celoso por culpa de crío de no más de 16 años?
-Hola nuevo!!-
me dijo animadamente Soraya, la chica pelirroja que me había llamado
guapo-Siento mucho lo que dije antes...pero es que no se ven a muchos italianos
por aquí.
-No te
preocupes, además, me sentí bastante alagado-le dije para quitarle importancia.
La verdad es que era guapo, no lo podía negar. Soy un arcángel. ¿No?
-Bueno, yo que
tú me pondría a estirar. Tienes suerte ser nuevo y poder poner la excusa de que
todavía no conoces el centro y por lo tanto no sabías donde estaba el gimnasio.
Este maestro es muy estricto en cuanto a la puntualidad-me dijo Soraya.
-Ok. Gracias
por avisarme-le agradecí educadamente.
Ahora tocaba
tocarnos la punta de los pies y entonces fue cuando me di cuenta de que Mara
estaba justo en frente de mi. “Madre mía, espero que aquí la gente se duche
después de la clase de educación física, porque necesito una ducha de agua
fría, pensé al ver a Mara agachada tocándose después. La camiseta que llevaba
tenía demasiado escote y se le veía gran parte del canalillo sudoroso de tanto
correr...retiro lo dicho, no necesito una ducha de agua fría, necesito una
bañera llega de cubitos de hielo y que esta estuviera dentro de un congelador
gigante en el Polo Norte.
-Ey
Italiano-me dijo Juan, del cual me acababa de dar cuenta que estaba a mi lado,
cosa que era normal con la hermosa imagen que acababa de ver hace unos pocos
segundos.
-Hola. Siento
lo de mi huida tan repentina en el recreo. No debería haberme ido de esa forma
y sin dar ninguna explicación-le dije simulando una disculpa- Pero es que odio
que me pregunten el por qué estoy aquí. No me gusta hablar de mi pasado y para
explicar el por qué estoy aquí y hace falta explicar parte de este.
-No te
preocupes. Estoy acostumbrado a las cosas raras. Ángela es una de mis mejores
amigas. Ya verás el por qué lo digo cuando la conozcas mejor-me explicó Juan.
-Bueno chicos,
ahora vamos a jugar al balón prisionero para calentar antes de empezar con los ejercicios
de fútbol. Hoy practicaremos un poco lo que es ser portero y por eso este juego
nos ayudará a poner en funcionamiento nuestra velocidad de reacción-escuché
decir al profesor-haced dos equipos. Yolanda y Rocío capitanas.
Justo en el
momento en que dijo esto todo se volvió un caos. Todo el mundo se empezó a
separar en dos grupos y algunos se peleaban uno quería a alguien que iba con el
otro, uno tenía más jugadores que el otro y más disputas parecidas. A mi me
tocó en el equipo de Yolanda.
Yolanda era
una chica alta y atlética que, según había oído, era la capitana del equipo de
voleibol. Era morena y con el pelo corto. Tenía pinta de chica dura pero según
me habían dicho Juan, estuvimos hablando bastante en la hora de lengua, era una
chica muy simpática.
Me di cuenta de que Juan estaba en el otro
equipo cosa que preferí ya que al jugar al balón prisionero el estaría delante
de mí y así de paso lo ponía un poco a prueba.
Una de las
características de un nefilim o un ángel reencarnado eran sus reflejos, fuerza
y velocidad. Veremos si esquiva mis balones.
Estaba
pensando en eso cuando Mara se acercó a mí. Resulta que estaba en el mismo
grupo que yo y no me había dado ni cuenta. El olor de su sudor llegó hasta mis
fosas nasales. Esta chica me excitaba demasiado.¿Os he dicho que necesitaba una
ducha muy muy muy fría?
-Daniel...lo
siento por lo de antes. Juan me ha contado el por qué te has molestado tanto
cuando te pregunté el por qué estabas aquí-me dijo Mara apenada.
-No te
preocupes. No fue nada…-le dije sin que me temblara la voz. Aunque seamos
inmortales y todo lo demás las necesidades y sensaciones que teníamos eran totalmente
humanas. Por desgracia las hormonas adolescentes iban también con el paquete.
¡¡Necesito ducharme ya!!pensé para mí mismo.
Me dio una
gran y bella sonrisa que yo le devolví con gusto y segundos después sonó el
silbato del maestro. El juego había comenzado.
Bueno este ha
sido el tercer capítulo de mi historia.
Este capítulo
está narrado por Daniel y en él se explica un poco lo que es Daniel y qué ha
venido a buscar. Además aparece Isabella uno de los personajes más importantes
de la historia y sobre todo tendrá muchos pequeños enfrentamientos con nuestra
prota femenina, Mara. Bueno no cuento más que le quito la gracia a la historia.
Comentad
please.
Actualizaré
cuando pueda