jueves, 26 de abril de 2012

Sombras. Capítulo 3


CAPÍTULO 3
Una guitarra, un hombre herido y una lágrima
(escuchar el video de youtube )
-Una más-me repetí a mí misma para animarme. Las gotas de sudor caían por mi barbilla hasta el suelo. Parecía que el sol no se iba en ningún momento. Las manos ya me ardían y me retorcía de dolor cada vez que, por enésima vez, me agachaba y levantaba para agarrar y recoger las zanahorias plantadas en el campo de cultivo. ¿Quién me iba a decir que trabajar en el campo fuera tan duro?



Si, ahora entendía la cara de felicidad de Teresa, la estúpida hija del jefe de la tribu, cuando su “papi” confirmó mi nuevo puesto de trabajo, si se le podía llamar así. Eso era una tortura.

Entonces escuché el maravilloso sonido de la campana que señalaba la hora de comer. Si, después de comer me tocaba ir otra vez al maravilloso mundo de la agricultura.

Me dirigí, como siempre, a la casa de la abuela Lilly. Ya llevaba dos semanas en aquel pueblo pero todavía no podía llamar a aquella casa “mi casa”.

De camino saludé a todas las personas que encontraba y la gente me respondía alegre y con entusiasmo. Aquel pueblo no era muy grande. No llegaríamos ni a las doscientas personas pero, aunque yo no conociera todavía la mayoría de los nombres de las personas a las que saludaba, me sentía bien al hacerlo.

Antes de llegar al pequeño porche de madera que había a la entrada de la cabaña noté una mano posarse en mi hombro.

-Hola-me dijo Luke al girarme-¿Vienes para comer?

-No…-le dije yo irónicamente-Cada día me sorprendes más Luky.

-No me llames así-me dijo en tono infantil-Te recuerdo que soy mucho más alto que tú-me dijo encarándome- Enana

En ese momento la puerta se abrió y apareció la abuela Lilly con una gran fuente de papas humeantes.

-¿Vais a entrar?-nos preguntó un poco enfadada-La comida se va a enfriar y no pienso volver a calentarla.

-Vamos Luke-le ordené al “grandullón”-Vamos para adentro que esas patatas tienen mi nombre puesto-y dicho esto los dos entramos corriendo a sentarnos a la mesa.

Ya estaban todos sentados en la mesa excepto Nancy quien seguramente comería en la casa de su prometido. Si, en aquel pueblo prometían a las chicas a partir de los 16 o 17 años. Los chicos en cambio eran los que elegían el momento y a la chica con la quien casarse. Era un pueblo bastante molesto.

Mis mejores amigos aquí eran Nancy quien descubrí que tenía 18 años, Mike de 14 años y, cómo no, Luke de 19.

Cuando conocí a Luke pensé que iba a ser el típico guaperas de turno que se creía mucho y que ignoraba a las chicas para hacerse el serio e importante. Pero me equivocaba. Me trataba como si fuera su hermana pequeña y, junto con su hermano Mike, me hacía destornillarme de la risa. Había momentos en que pensaba que ese era mi hogar y que aunque me torturaran en un campo de cultivo todos los días y tuviera que aguantar a Teresa, me gustaría hacer mi propia vida en ese lugar. Pero siempre acababa recordando la historia que me contó la abuela Lilly sobre las sombras. Y siempre recordaba la parte del sacrificio humano que debía entregar el pueblo todos los años en la fiesta del solsticio de verano, que era dentro de menos de dos meses. Y cuando recordaba esto deseaba irme de aquel pueblo para siempre.

-¿Quieres más papas Lara?-me pregunta la pequeña Maya-Es que no tengo mucha hambre.

-No, gracias Maya-le dije a la pequeña. La verdad es que yo estaba también muy llena-¿Por qué no se lo preguntas a Luke? Como siga así se va a comer el plato.

Ella se rio y le preguntó a Luke lo mismo que a mí solo que esta vez este sí que aceptó encantado el plato de la pequeña. Había conseguido lo que quería. La pequeña Maya llevaba unos días extraña. No tenía ganas de comer, estaba un poco distante con todos…le tenía que preguntar a Nancy sobre el tema.

Después de comer todavía tenía una hora libre antes de volver a comenzar otra vez con el trabajo. Así que me fui a mi habitación y cogí mi diario para poder escribir un rato. Decidí comenzar aquel diario por miedo a perder de nuevo la memoria y no acordarme de nada. Si aquello pasaba por lo menos podría leer el diario e intentar recordar.

Allí me encontré a Mike y su guitarra. A aquel chico le encantaba la música. La guitarra siempre ha sido un instrumento que me ha atraído mucho desde que llegué a ese lugar. Cuando Mike me vio dejó de tocar y se sonrojó al momento.

-¿Por qué has dejado de tocar?-le pregunté con una sonrisa- Me encantaría tocar como tú.

-Tengo todo el derecho del mundo a parar-me reprochó molesto-Tú también paras de cantar cuando llega alguien.

¿Mike me había escuchado cantar? Me avergoncé al instante y escondí mi cara tras mis manos. Desde que he llegado aquí lo único que recuerdo son algunas estrofas de algunas canciones. Cuando estaba trabajando en el campo a veces cantaba alguna cancioncilla y la gente que estaba cerca de mí acababa cantando también conmigo. Pero me daba mucha vergüenza cantar sola y más delante de Mike que entendía algo de música.

-¿Me has escuchado?-le susurré sentándome en la cama junto a él-Seguramente te he parecido horrible.

-¿¡PERO QUE DICES!?-me pregunta incrédulo- Cantas genial Lara. Además, nunca había escuchado nada parecido a las canciones que tú cantas.

-¿De veras?-le pregunté esperanzada. Cantar era lo único que me gustaba y, según Mike, que sabía hacer.
-Sí, de veras-me afirmó por segunda vez-Deberías preguntarle a Nancy y a Daniel. Siempre se esconden detrás de la puerta del baño mientras te duchas para escucharte.

Si ya estaba totalmente roja por la vergüenza yo creo que ahora mi rostro desprendía llamas de lo colorado que estaba. Sentía como si estuvieran friendo salchichas en mis mofletes.

Mike al verme comenzó a reírse y tuvo que dejar la guitarra a un lado para poder desternillarse en la cama. Incluso comenzó a dar puñetazos a esta mientras lágrimas comenzaban a aparecer por sus ojos. ¿Tanta gracia tenía yo en estos momentos?

Mientras Mike seguía riéndose y señalándome yo me fijé en la guitarra. Como él no se estaba dando cuenta de mis movimientos aproveché para coger su preciada guitarra entre mis manos. Encajaba perfectamente en mi regazo y mis brazos se colocaron solos alrededor de la guitarra y estos comenzaron a moverse y tocar.



Mike dejó de reírse y me miró con la boca abierta. Mis dedos se movían sin ningún esfuerzo rasgando y pulsando las distintas cuerdas. En esos momentos me di cuenta que para mí tocar la guitarra era tan fácil como respirar. Me sentía genial tocando aquel instrumento y sin darme cuenta comencé a cantar sin dejar de tocar la guitarra.

Las palabras salían solas por mi boca acompañando a la perfección la melodía de la guitarra. Cerré los ojos y me imaginé un hermoso prado lleno de flores amarillas y yo dando vueltas en él. En ese mundo me sentía bien, Me sentía libre. Entonces me imaginaba a Luke corriendo y girando conmigo. Entonces aparece otro chico. Este es más siniestro, más oscuro. Va vestido de negro y se acerca hacia donde estamos, empuja a un lado a Luke y me coge sin pensarlo. En ese momento acababa la canción y vuelvo al mundo real.




Al abrir los ojos me sorprendí al escuchar un estruendo de aplausos y ver a Lilly, a las gemelas, a los gemelos, Luke, Nancy y un chico moreno que no conocía aplaudiéndome y mirándome estupefactos. No me lo podía creer. Me habían escuchado cantar y tocar al mismo tiempo y no me había enterado, ni si quiera, de que estaban en la puerta de la pequeña habitación.

Todos comenzaron a hablarme a la vez y a felicitarme por lo bien que lo había hecho. Nancy no paraba de hablarle de mí a aquel extraño chico moreno. Luke, de repente, me había cogido y me había comenzado a dar vueltas alrededor de él. Pero, aún así, yo todavía estaba ensimismada en la visión que había tenido del claro. Me intrigaba mucho ese chico que había visto. No sabía como podía haber sacado de mi imaginación a aquel misterioso joven que me apartaba de los brazos de Luke. ¿Sería aquella algún tipo de  premonición? Después de que me contaran lo de las sombras y el miedo que les tenían aquellas personas de aquel pueblo hizo que no dudara para nada de las palabras de Lilly. Sabía que aquellas “sombras” eran peligrosas y por eso más me asustaba aquel sacrificio. No le había preguntado nada a nadie sobre lo del sacrificio del solsticio de verano pero pronto debería hablar de ellos con alguien, por mi propia salud mental.
-Lara, Lara-me llamó emocionada Nancy-Te tengo que presentar a alguien.

Yo me acerqué a ella y esta me puso frente al chico moreno que no conocía. Era mayor que nosotras, eso seguro. Rondaría ya los 25 años pero tenía un cuerpo grande y trabajado. Era bastante guapo.

-Lara. Te tengo que presentar a George, mi prometido-me dijo ella sonriente. Yo le ofrecí mi mano y el me la tomó sin pensarlo y, para mi sorpresa, me la besó.



-Encantado de conocerte-me saludó educadamente- Nancy me ha hablado mucho de ti y eres la novedad del pueblo. Lo que no me había contado era de que cantaras tan bien.

No me gustaba como me miraba ese tipo. Se supone que era el prometido de Nancy y me miraba como si fuera un trozo de carne. Me daba asco. Pero debía ser educada con él porque si no Nancy no me lo perdonaría.

-Igualmente George-le dije intentando contener mi asco hacia su mirada. Entonces me di la vuelta para darle la espalda e irme de allí pero la sudorosa y gran mano de George me cogió del brazo.

-¿Te ibas tan pronto?-preguntó con tono meloso- Nancy se ha ido a trabajar ya. Si quieres tú y yo podemos ir a algún sitio más...íntimo-dijo echándome su aliento en el cuello. Ahora que me daba cuenta solo quedábamos él y yo en la habitación.

-No, gracias-le dije enfadada- Será mejor que me vaya al trabajo-continué intentado soltarme. Pero George tenía mucho más fuerte que yo así que no pude lograr mi cometido.

Miré hacia la puerta para ver si podía gritar pero esta tenía el cerrojo puesto con lo que no me escucharían si gritaba.

Entonces George me cogió por detrás y empezó a besar mi cuello. Intenté todo por soltarme pero no podía. Tenía tanto miedo que las palabras no salían de mi boca. Era como si tuviera la garganta atorada como si una serpiente estuviera ahogándome por el cuello.

Sus pegajosos y asquerosos labios me recorrieron el cuello hasta llegar a la comisura de los míos. Me dio la vuelta bruscamente y me estampó contra la pared. Entonces comenzó a besarme. Yo no quería responderle así que seguía con mis intentos de sacármelo de encima pero era imposible. Después de unos segundos él se dio cuenta de que nunca iba a responderle, se acercó a mi oreja y me susurró al oído:

-Me gustaría que colaboraras un poco-se paró y comenzó a mordisquear el lóbulo de mi oreja-Quiero hacer esto de la manera más fácil y agradable posible. No voy a hacerte daño…no mucho-dicho esto empezó tocarme con  lujuria todo el cuerpo.

Al rato consiguió quitarme el vestido/blusón que usaba como ropa de trabajo. Y comenzó a besarme del cuello hacia abajo. Yo no sabía que hacer hasta que, de repente, tuve una idea. George estaba demasiado concentrado en su “trabajo” así que aproveché cuando comenzó a intentarme quitar el sujetador para darle una gran patada en sus excitadas partes nobles.

George cayó al suelo retorciéndose de dolor y yo aproveché para abrir la puerta y salir pitando de mi habitación.

Bajé apresuradamente las escaleras, casi tropezándome con uno de los escalones. Parecía que iba a romperse en cualquier momento. Un carpintero debía arreglar aquella horrible escalera de madera putrefacta.

La abuela Lilly me miró con pena y yo no pude evitar tirarme a sus brazos y llorar en su hombro.

Ella me consolaba con frases como “ya pasó”, “no temas estás conmigo”, “no volverá a pasarte nada, linda”...

Por fin dejé un poco de llorar y la miré a la cara. ¿Sabía ella lo que le había ocurrido?¿Sabía que George había intentado abusar de mí?

-Si, lo sé-me respondió como si pudiera leerme los pensamientos-Odio a ese chico. Tiene mucho poder en el pueblo con lo que no pude negarle la mano de Nancy-continuó mirándome con pena-No eres la primera. Hace dos años que abusó de mi Nancy. Ella estaba enamorada de él desde hace mucho con lo que se entregó a él sin quejarse. Sin embargo, él sigue abusando de chiquillas jóvenes y guapas como tú.

-¡¿DE NANCY?!-le dije a la anciana casi gritando-¿Y no podéis hacer nada?

-Como te he dicho antes él tiene mucho poder en el pueblo-me respondió Lilly-Es hijo del hermano del jefe. No podemos hacer nada. Si lo acusásemos sería capaz de encarcelarte para poder ofrecerte como sacrificio. No quiero que te pase como a la chica del año pasado-su cara estaba triste e incluso sus ojos llenos de arrugas comenzaron a humedecerse- Era la nieta de mi hermano.

No podía creer lo que escuchaba. ¿Aquel ser había condenado al sacrificio a aquella pobre chica por no haberse acostado con él?

-Además, nuestra cultura es muy machista-siguió hablando la anciana-Todas las leyes favorecen a los hombres-dicho esto dejó de hablar y se quedó pensativa mirando al suelo. Entonces levantó la cabeza y me miró a los ojos- ¿Cómo has conseguido escapar?

-Le he metido una patada en sus...ya sabes-le dije señalando la entrepierna-Fue por pura defensa.

-¿De verdad le has parado antes de que terminara su faena?-me preguntó un poco enfadada.

Yo solo asentí y ella volvió a mirarme a los ojos. Estaban humedecidos y pude atisbar una pequeña lágrima que salía de su ojo izquierdo y surcaba su mejilla-No quiero perder a otra hija porque, aunque no lo creas, en estas últimas dos semanas te has convertido en eso para mí.

Se acercó a mi y me abrazó fuertemente como si no quisiera soltarme nunca. Entonces lo comprendí todo. Seguramente George habría cabreado conmigo y puede que me acusara por haberle herido. La historia se repetía. Ahora mismo mi peores temores se hacían realidad. Podría acabar asesinada en el solsticio de verano.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Bueno. Espero que os haya gustado el capítulo. Para mí yo creo que este es uno de mis capítulos favoritos. Iba a hacerlo más largo pero he pensado dejaros con un poco para el próximo.

El video de youtube es la canción que canta Lara. Es una canción de Taylor Swift que me encanta, además pertenece al soundtrack de LOS JUEGOS DEL HAMBRE(sagaza que os recomiendo a todos tanto en libros como en peli)

Dejadme algún comentario...que me hace ilu. Además me gusta saber a quienes les gusta o les interesa lo que escribo. :)

sábado, 21 de abril de 2012

El lado oscuro del cielo. Capítulo 10


Capítulo 10

Desmayo repentino

Estábamos en clase de matemáticas pero mi cabeza estaba en otro sitio. Mientras que mi profesor explica por enésima vez las diferentes formas de resolver sistemas de ecuaciones de segundo grado yo no hacía más que pensar en aquel beso. Todavía no me lo podía creer. Conocí a Francesco ayer y ya me había besado con él.

Ángela estaba, incluso más sorprendida que yo. Según ella yo debería acabar con Daniel y no con su primo, quien, según mi amiga, era para ella. La verdad es que yo tampoco sabía como podía haber llegado a suceder. Todavía sentía la calidez de sus labios en mi boca y, aunque fue un beso corto, un simple roce de labios, significó muchas cosas. Además él era mayor que yo.¡ESTABA ESTUDIANDO EN LA UNIVERSIDAD!

De repente, gracias a Dios, tocó el timbre que señalaba la hora del recreo y todo el mundo salió pitando de la clase para no tener que aguantar cola en la cantina. Yo, como me traía mi propia comida, no me hacía falta aguantar la larga cola que se formaba para comprar un bocadillo, por lo tanto guardé mis cosas con calma y me quedé unos minutos más en la clase. No me di cuenta de que en la clase solo quedaba el guapo de Daniel.

-Te he visto esta mañana desayunando con mi primo-me dijo molesto.

Lo único que pude hacer fue sonrojarme por la vergüenza de que él nos hubiese visto no solo en la cafetería sino también los minutos antes de entrar al instituto.

-Si, es que me lo encontré esta mañana paseando por el parque y me invitó a un pequeño desayuno -le dije yo con los mofletes sonrosados.

Entonces él comenzó a acercarse poco a poco a mí. Pocos segundo después él y yo nos encontramos a muy pocos centímetros de distancia y aquella sensación de deja vu se apoderó de mí. Esa misma sensación que había sentido hace apenas tres horas antes. Daniel estaba a punto de besarme pero, para mi sorpresa, se detuvo justo antes de rozar mis labios.

-Estás muy guapa cuando te pones colorada-me susurró al oído-Pareces tan inocente-continuó mientras me acariciaba el cabello.

Entonces me tomó del mentón y acabó con los pocos centímetros que le separaba de mis labios y me besó. Pero justo en el momento en que lo hizo una carga eléctrica atravesó mi cuerpo haciendo que lo apartara bruscamente. Él me miro decepcionado y preocupado. Esa descargar no solo me había producido una molesta sensación e incluso un poco dolorosa sino que me hizo darme cuenta de que lo que había hecho estaba mal. No sabía exactamente lo que eramos Francesco y yo, pero yo no era de esas chicas que se besan con distintos tipos el mismo día, y aunque Francesco solo sea un “conocido con derechos” sentía que si me besaba con su primo lo estaba engañando de algún modo.

-Lo siento mucho-dijo Daniel intentando disculparse por su comportamiento-Ya se que era muy precipitado pero necesitaba hacerlo-y entonces se sonrojó él también. Era tan tierno.

-No pasa nada-dijo quitándole importancia-Parece ser que tu y yo tenemos mucha química, porque el calambrazo...-le dije yo haciendo un gesto de exageración con la mano. Él se puso un poco más colorado que antes y yo lo único que pude hacer fue dedicarle una de mis mejores sonrisas. Aquel beso fue muy diferente al de la mañana. Los dos fueron dulces y cortos pero el de Francesco era más atrevido y el de Daniel era más inseguro, como si temiera que me fuera a romper o darle una guantada en la cara.

Los dos quedamos en que, por ahora, deberíamos seguir siendo amigos y que si pasaba algo en un futuro pues que pasara pero por ahora ese beso quedó olvidado y mi mente volvió a su primo  universitario.

Cuando bajábamos las escaleras mi móvil comenzó a sonar. Miré la pantalla y me sorprendí al ver aquel nombre: Tu italiano favorito (L)

Dudé un poco en cogerlo pero tenía ganas de hablar con él así que lo cogí cuando el cantante de likin park comenzaba a cantar.

-¿Si?-pregunté con una falsa interrogación

-Hola Mara-me dijo con su característica voz-¿Dónde estás?

-Estoy bajando las escaleras de mi instituto junto con tu primito-le dije divertida-¿Por qué lo preguntas?

-Sal a las pistas-me dijo sin ninguna emoción

Atravesé curiosa la puerta que daba acceso al patio y casi me desmayo al ver a Francesco al lado de una Ángela y una Soraya divertidas y un Juan cruzado de brazos con una mirada de desaprobación hacia mí. Mi queridísima amiga se lo había contado a todo el mundo y no solo eso, sino que había traído al italiano al instituto. Estaba molesta. Muy molesta.

-Hola enana-me dijo el italiano mientras se acercaba a mí y, para la sorpresa de todos, me daba un apasionado beso en los labios.

La cara de todos era un poema. Ángela y Soraya daban palmas emocionadas, Juan desprendía fuego con la mirada y Daniel...Daniel estaba con los dos brazos acabados en puños totalmente pegados al cuerpo como si se estuviera conteniendo. Su rostro era un cuadro. No expresaba ningún sentimiento.

De repente sonó la sonora carcajada de una chica. Me giré sobre mis talones y vi a la maravillosa hermanastra de Daniel desternillándose de risa.

-Vaya Fran, te has adelantado a mi hermanito-dijo con cara inocente- Ya puedes aprovechar antes de que te la quite.

Mis amigos no podían estar más sorprendidos. Estaban todavía asimilando lo que acaba de ocurrir entre Francesco y yo y ahora acababan de descubrir por su hermanastra que Daniel también iba detrás de mí. Yo, en cambio, estaba molesta. Por la sonrisa de triunfo que le mandaba Fran a Daniel supuse que Fran ya sabía que Daniel me había echado el ojo y este último miraba a Fran furioso, como si quisiera asesinarlo con la mirada. Incluso, creí atisbar fuego en saliendo de sus ojos. Literalmente.

Entonces ocurrió lo que más temía. Daniel y Juan se miraron con mirada cómplice, asintieron los dos como si se leyeran la mente, se acercaron a Fran y le propinaron los dos un puñetazo en la cara. Uno en la mejilla derecha y otro en la izquierda. Y así comenzó la pelea.

Ángela y Soraya corrieron para intentar separarlos pero no pudieron ni acercarse a ellos. Incluso Soraya recibió un ligero golpe en la cara por parte de Juan. Ángela seguía intentando acercarse, pero era imposible.

Lo más normal es que yo me acercara y me interpusiese entre ellos pero tenía miedo. Sabía que en aquella pelea no debía meterme, pero estaba asustada por que alguno acabara mal, incluso en el hospital.

Daniel me gustaba desde que llegó al instituto e incluso me seguía gustando. Fran es el típico guaperas de turno pero también me gustaba. Y besaba de miedo. Pero lo que no entendía era que Juan se hubiese metido en la pelea. Sabía que había surgido una gran amistad entre Daniel y Juan pero tampoco se conocían tanto para ayudarle a pegar a un tío más alto que él y con una desarrollada y trabajada musculatura que había que tener en cuenta. ¿Por qué se había tenido que meter él?

Entonces ya no pude aguantarlo más y grité. Ahora me daba cuenta del gran corrillo que se había formado alrededor de nosotros y que gritaban “pelea” con todas sus fuerzas. A la gente de nuestro instituto les encantaba las peleas y más si se producían por una chica. Lo que nunca pensé es que algún día se pelearan por mí.

Cuando mi gritó retumbó por todo el instituto todo el mundo se giró para mirarme. Incluso los que estaban peleando consiguiendo el efecto que yo quería. Todo el mundo me veía sorprendido. Odiaba ser el centro de atención y todo el mundo lo sabía. Los tres chicos me miraban asustado, como si acabara de pasarme algo. Y entonces las susurros que más temía volvieron a mi cabeza y, esta vez, comencé a gritar de dolor.

Sentía que mi cabeza iba a explotar. Esta vez los susurros eran insoportables. Odiaba que no los pudiera entender y más a ese volumen. Era como si aquellas personas que susurraban lo hicieran a través de megáfonos a todo volumen pegado a mis oídos. Entonces se me nubló la vista y poco a poco, me adentré en la oscuridad.


***CONTADO POR DANIEL***

Estaba pegándole un puñetazo en la cara a mi traidor y suertudo primo. Él sabía perfectamente lo que sentía por Mara. Sabía que desde el momento en que la vi sentí algo explotar dentro de mí. Una sensación que nunca, en mis setenta y cinco años había sentido. Sí, las reencarnaciones de ángeles somos inmortales. Envejecemos hasta cierta edad y nuestro envejecimiento se queda estancado. Algunos se paran antes, otros después pero, para mi desgracia, mi cuerpo se estancó en plena adolescencia.

Bueno. Estaba golpeando a mi primo como si fuera un saco de kit-boxing cuando escuché un grito de agonía. Iba a girarme para ver de dónde provenía pero un segundo más tarde el grito paró, y se escucho el pequeño sonido, apenas audible para la mayoría, de un cuerpo cayendo al suelo.

Fue como si alguien presionara un botón y la pelea se parara por completo. Mi primo, Juan y yo nos giramos al mismo tiempo para ver aquella terrible imagen. Mara, mi hermosa Mara, estaba tumbada en el suelo, inconsciente y con un montón de gente alrededor. No me lo pensé dos veces y fui corriendo hacia ella. Fui el primero en alcanzarla ya que mis compañeros de lucha también habían tenido la misma idea que yo. Mara estaba ardiendo y estaba tiritando de frío con lo que supuse que tenía fiebre. Aparté la cabellera pelirroja de Soraya quien estaba sosteniendo a Mara por la cabeza.

-¿Sabéis si ha desayunado?-les pregunté a sus amigos-Puede que haya tenido una bajada de tensión…

-Pero eso no explicaría la fiebre-intervino Francesco con tono serio, con esa cara que decía “estoy estudiando de medicina. Yo soy el experto”-No se ha desmallado por no comer.

-Estaba gritando-dijo de repente Ángela preocupada-Nadie empieza a gritar y justo después se desmaya. Se supone que cuando te desmayas estas débil, ¿no?

Entonces Mara comenzó a retorcerse. Todas las caras se fijaron en el rostro fruncido de la suya. Juan se acercó más a Mara y comenzó a zarandearla suavemente para que recuperara la conciencia pero Isabella lo paró cogiéndole de los hombros.

-No es bueno despertar a la gente en sueños-dijo con voz tranquila-Déjala estar por su propio bien.

Juan se le quedó mirando un poco extrañado. Pocos segundos después el rostro de Mara se relajo y su respiración agitada también. Eso nos dejaba a todas más tranquilos pero Mara seguía sin volver a la conciencia.

Pocos segundos después Soraya llegó con dos profesores del instituto. Estos nos obligaron a todos a irnos de allí y llamaron a una ambulancia. Resulta que en estos institutos no había ninguna enfermería y lo único que podían hacer mientras la ambulancia llegaba fue tumbar a Mara en la gran mesa de la sala de profesores.

Los profesores nos dijeron que solo dos personas podían quedarse con ella y acompañarla al hospital, pero con solo al ver nuestros rostros, nos dejaron quedarnos a Juan, Fran, Ángela, Soraya, Isabella y yo, pero a la ambulancia solo podía subir dos personas de todas formas.

Yo no le había soltado su mano izquierda desde que se la cogí en el patio. Juan la cogía de la otra mano y mi primo, el suertudo, la tenía apoyada en sus rodillas.

Entonces la luz de un flash cegó mi mirada.

-Esta foto va para el tuenti-dijo Ángela con una divertida y traviesa sonrisa- La voy a titular ¿Quién quiere acostarse con mi amiga?

Los tres la miramos cabreados. Este no era un momento divertido ni para hacer fotos tontas. Una chica estaba inconsciente sobre una mesa que los profesores usan para corregir exámenes y apoyar sus cafés.

Fran y Juan estaban gritándose y hechándose las culpas el uno al otro pero sus voces se escuchaban muy lejos de mí, demasiado. Entonces lo entendí. Los ángeles me estaban hablando.

¿Qué queréis ahora?-pensé muy molesto para que los ángeles lo escucharan.

Necesitas a la chica-me dijeron todos a la vez haciendo que comenzara a dolerme un poco la cabeza. Las reencarnaciones de los arcángeles podemos comunicarnos con los demás ángeles pero esta comunicación no era muy agradable, ya que siempre daba cierto dolor de tarro. Al principió dolía mucho pero llega a un momento en que te acostumbras.

¿A Mara?-les pregunté extrañado-¿Para qué?

-Necesitas a la chica-siguieron diciendo todos a la vez agudizando el dolor. No paraban de repetir la misma frase con lo que conseguí echarlos de mi cabeza gracias a un ejercicio que me enseñó Fran. En estos momentos lo odio a muerte pero había que reconocer que era más antiguo que yo así que tenía más experiencia en estos casos. Él era la reencarnación del arcángel Rafael y, aunque no lo creáis, es mi primo de sangre.

-Daniel-escuché una voz femenina de fondo-¡DANIEL!-dijo esa misma voz enfadada. Me giré y me encontré cara a cara con la rubia demoníaca que tenía Mara por amiga- ¿Estás con nosotros?

Yo solo asentí serio. ¿Qué significaba eso que me acababan de decir los ángeles? ¿Para que demonios necesitaría a Mara? Yo no quería meterla en mi mundo. Era muy peligroso ya que los demonios estaban siempre acechando a las reencarnaciones para poder acabar con ellas. Por eso mismo tuvimos que venirnos a España. Los demonios ya habían acabado con uno de nosotros y sabían donde nos escondíamos por lo que tuvimos que dejar la Toscana para escondernos en España. Cual fue nuestra sorpresa que al llegar a esta pequeña y escondida ciudad nos encontraríamos con más de nosotros y no uno, sino varios.

De repente llegó la maestra de lengua y nos dijo que la ambulancia ya estaba aquí. Mi primo, un poco arrepentido, dejó que llevase a Mara en brazos hasta la ambulancia. Entonces llegó el momento más temido de todos. ¿Quiénes dos de nosotros la acompañaríamos en la ambulancia?

Tras una pelea con los profesores e incluso entre nosotros mismos conseguimos que pudiésemos ir Juan y yo como alumnos y mi primo Fran como adulto responsable (nótese el tono irónico -_-)

Fran se sentó en el asiento de copiloto de la ambulancia y un joven enfermero, con razón mi primo se había ido a sentarse de copiloto, fue a atender a Mara. Se me encogió el alma al ver a aquel chico agujerear su delgado brazo para colocarle una vía intravenosa. Sabía que era necesario ponerle algo de suero porque había tenido una bajada importante de tensión, según nos había dicho el enfermero.

Llegamos al hospital Torrecárdenas de Almería. Los guardianes ocultos raramente nos ponemos enfermos con lo que no había ido muchas veces a un hospital. No me gustaban esos sitios empezando por el olor a antiséptico y medicinas que había en el ambiente. Tomaron a Mara y la colocaron en una camilla un poco desgastada y la trasladaron hasta una habitación de observación. Nosotros esperamos a su lado hasta que comenzó a abrir los ojos.

Los tres nos acercamos hacia su rostro para contemplarla mejor. Estaba un poco desorientada y fue contemplando nuestros rostros uno por uno como si estuviera tratando de identificarnos. Entonces habló:

-Os he visto-dijo mirando hacia un lado-Os he visto a los tres-siguió diciendo pero esta vez mirándonos a los ojos-Os he visto en el pasado.

---------------------------------------------------------------------------------------------------------
Espero que os haya gustado el capítulo de hoy :)

Se que me demoro mucho en actualizar pero es que no tengo tiempo para hacerlo . Los exámenes, el piano, las tareas.....mi vida en un poquito ajetreada :(

Intentaré actualizar más seguido. Lo prometo :3

Espero que os haya gustado. Dejad comentarios please....que son gratis :)

domingo, 15 de abril de 2012

Reseña Efímera





DESCRIPICIÓN:


TÍTULO: Efímera


AUTORA: Lauren Destefano


EDITORIAL: Punk


Nº DE PÁGINAS: 379


PRECIO APROXIMADO: 14'99€


SINOPSIS:


En un futuro cercano, todos los recién nacidos llevan incorporados un virus de tiempo genético. Los varones viven hasta los veinticinco años, y las mujeres hasta los veinte. En este triste panorama, la jóvenes son secuestradas y forzadas a contraer matrimonios polígamos para evitar que la humanidad entera desaparezca de la faz de la Tierra.

Cuando secuestran a Rhine, de 16 años, para venderla como esposa de un hombre adinerado, la espera un mundo de riquezas y privilegios. Rhine solo quiere escapar de la mansión en donde ahora vive, no solo para recuperar su libertad sino para escapar de las garras de su malvado suegro.

OPINIÓN (puede contener spoilers):

Esta es la primera parte de una saga llamada el Jardin Químico. 

Una de las cosas de este libro es que es muy introductorio. En realidad no pasa nada relevante en la historia pero no te aburre en ningún momento. Esperemos que la segunda parte tenga más acción ya que la historia es muy buena.



El libro habla sobre un mundo futuro en el que la Tercera Guerra Mundial ha acabado con todos los continentes conocidos, excepto América y algunas islas inhabitables. Murieron tantas personas que los científicos averiguaron la forma de producir seres humanos artificialmente. El problema es que los hijos de estos seres humanos artificiales mueren por un virus a los 25 años(los chicos) y a los 20 años (las chicas). 

Para que la raza humana no se extinga los Recolectores secuestran a chicas a partir de los 12 años para venderlas como esposas a los ricos del país.



Hay personas a las que no les gustó las partes de este libro que hablan de como el mundo se había convertido en lo que era. A mí si que me gustaron ya que nunca se puede descartar una futura Tercera Guerra Mundial como está actualmente el mundo.

Al principio creía que esta historia era como la peli de In Time. Se parece en algunos aspectos pero en esta historia no se puede comprar tiempo, sino el marido de Rhine, Linden nunca moriría, porque cuando leéis este libro os impresiona lo grande que es la mansión en donde viven Rhine y sus hermanas-esposas.

Este es otro punto muy interesante de la novela. Linden se casa con tres chicas. Rhine de 16 años, Jenna de 18 y Cecilia de 13.

Es increíble como se puede casar con una chica de tan solo 13 años y hacer con ella lo que haría un esposo con su mujer. Yo tengo 14 años y solo de pensar en estar en el pellejo de la pobre Cecilia me dan ganas de morirme.

Una de las cosas de este libro es que es muy introductorio. En realidad no pasa nada relevante en la historia pero no te aburre en ningún momento.

Hay escenas muy duras que no os puedo revelar porque si no le quito mucha intriga al libro :) pero son bastantes duras y hace que te olvides de que estás leyendo un libro juvenil.

También hay partes románticas que hacen que te enamores de Gabriel, uno de los sirvientes de Linden. Es super tierno :)

Aviso que tiene poco diálogo y mucha descripción y a lo mejor hay a personas a las que no les guste este tipo de libros.

Bueno no os digo más de este libro porque sino os digo más spoilers y no quiero quitaros las ganas de leer el libro.


VALORACIÓN : 4/5 :)








viernes, 6 de abril de 2012

Sombras. Capítulo 2


Capítulo 2
Las sombras

El sol entraba por una de las rendijas de la ventana que estaba al lado de mi humilde cama, si se le podía llamar así. Aun así había dormido tranquila y segura en aquella extraña casa.

Cuando Luke y yo entramos en la casa de la abuela Lilly pensé que por dentro sería mejor que por fuera, pero me equivocada. Aquella casa era pequeña para la gran cantidad de personas que vivían en ella. Tenía dos pisos y la escalera parecía venirse abajo en cualquier momento. Abajo se encontraba una mesa de madera con una serie de sillas y un montón de juguetes hechos a mano desperdigados por el suelo de la sala. También había una cavidad que parecía ser la despensa y, al lado de esta, había unos muebles parecidos a unas encimeras donde se encontraba una serie de cazos, cucharas, tenedores, cuchillos y otros utensilios de cocina. Había también una chimenea con un gran cazo lleno de sopa. Arriba se encontraban las habitaciones, que solo eran dos por cierto. Iba a dormir en la habitación de “los jóvenes” como la llamaba la abuela Lilly. En ella dormían los dos chicos que me encontraron en el bosque y otra chica llamada Nancy que todavía no conocía ya que estaba arreglando unas “cosas” según me dijo Mike con cara de pocos amigos.

La casa aunque fuera pequeña y humilde irradiaba un aura familiar que hacía que me sintiera segura de vivir allí, lo único que me molestaba era “el baño” si se le podía llamar así. El váter era un mueble que tenía un agujero que desembocaba en una especie de pequeño pozo en la tierra y la ducha era un gran barreño que tenía que llenarse con agua calentada al fuego. ¡Ah! Solo había uno y tenía que ser compartido.
Después de enseñarme las cosas cenamos la rica sopa que tenía Lilly en la chimenea y poco después fuimos a la habitación. Como todavía no tenía mi propia cama dormí en la cama de la chica que todavía no conocía, una tal Nancy hermana de los dos pares de gemelos.

Estaba tan cansada por todo lo que había vivido ese día que no tardé mucho en dormirme pero fui la última en despertarme.

En cuanto abrí los ojos me encontré con una chica que no conocía. Era rubia y de ojos claros. Me estaba sonriendo y entonces me di cuenta de quién era. Esa sonrisa la había visto el día anterior en la cara de Matt y Harry. Aquella chica se trataba de Nancy la chica cuya cama estaba ocupando en esos momentos.



-Hola-me dijo con mucho cuidado como si no quisiera asustarme-Soy Nancy la hermana de Matt, Harry, Lora y Maya.

-Hola, yo soy Lara-le dije mientras me estiraba un poco-¿No te importa que esta noche haya dormido en tu cama verdad?

-Para nada-dijo quitándole importancia-Además me hace falta una chica en este pequeño cuarto. Tanto chico creo que me está aturullando el cerebro.

En ese momento las dos comenzamos a reírnos y entonces, a partir de ese momento, me di cuenta de que podría confiar en aquella chica ocurriese lo que ocurriese.

Ahora que me daba cuenta, las camas de los dos chicos que habían dormido conmigo estaban hechas y no había ni rastro de ellos.

-Si estás buscando a los chicos están en la carpintería encargando una cama-me aclaró Nancy como si acabara de leerme la mente- No pensaras que te haremos dormir en el suelo.

-No hacía falta-me disculpé- Se que soy una molestia pero agradezco mucho el gesto de tu abuela, Mike y Luke por ocuparse de mí.

La chica me sonrío, me cogió de la mano e hizo que me levantara bruscamente de la cama y me arrastró hacia la planta de abajo dónde tenía preparado el desayuno.

-No sé qué comerías tú en tu pueblo pero esto es lo que comemos nosotros-y dicho esto me trajo un plato de cerámica con un poco de mantequilla y pan junto con un vaso de leche.

Tenía tanta hambre que no lo pensé dos veces. Le arrebaté el plato a Nancy, no sin antes darle las gracias, y comencé a comer aquel pequeño pero rico desayuno. Parecía que no comía nada desde hace días aunque la noche anterior me tomase un cuenco de sopa caliente.

-Vaya parece que tenías hambre-me dijo Nancy sonriente- Pero no nos podemos detener más. Teresa te quería en su casa hace ya bastante tiempo pero nos daba cosa despertarte.

Lo que acababa de decir Nancy me hizo recordar que tenía que ir a la casa de la chica que ayer me miraba con cara de pocos amigos, la tal Teresa. Tenía miedo de ir sola así que le pedí a Nancy que me dejara sola con ella cuando llegásemos.

Salimos por la puerta y comenzamos a dirigirnos hacia la casa de  Teresa. Esta casa era más o menos igual de grande a la de la abuela Lilly pero me imponía demasiado. No estaba rodeada de aquella aura familiar y agradable que la casa en dónde ahora vivía tenía.

-Antes de que entremos quiero avisarte de una cosa-me advirtió Nancy-Tess es la hija del jefe del pueblo pero manda más que él con lo cual intenta no hablar de más-me dijo con una mirada preocupada-Supongo que ella te explicará en la situación en la que nos encontramos-dicho esto Nancy y yo entramos en la casa.

Esta casa era más lujosa que la de Lilly aunque fuese igual de grande. Se notaba que aquella familia era más rica. De repente de una de las habitaciones del piso de arriba salió un hombre de unos cincuenta años acompañado de Teresa. Esta llevaba una cola alta y me seguía mirando con cara de pocos amigos.



-Deberías haber llagado antes-me reprochó molesta-Dije en cuanto amaneciera y ya hace horas que el sol salió.

-Teresa-interrumpió de repente una voz. Entonces, desde detrás de una esquina, apareció la abuelita Lilly-Ella no tiene la culpa. Estaba cansada y nos daba pena despertarla. Entiéndelo. No es más que una chiquilla que no recuerda de dónde viene. Todo esto es nuevo para ella.

-Acércate muchacha-dijo de repente el hombre que acompañaba a Teresa-¿Lara no?

-Si señor-afirmé intentando que no me temblara la voz. Aquel hombre impartía respeto con la mirada. Era alto y corpulento pero la edad y el peso de los años se notaban en su cara. Mi intuición me decía que aquel hombre se trataba del jefe del pueblo y que no debía defraudarle por nada en el mundo.

-Sabes que estás en un pueblo que no vive con muchas comodidades-dijo en un tono grave y serio-Sabes que no te van a mantener siempre, sabes que tienes que trabajar-fue enumerando otras cosas que empezaban siempre con la palabra “sabes” a las cuales yo siempre asentía sin pensármelo.

-¿Y en que piensa trabajar?-preguntó Teresa con tono mordaz-¿Has visto como está vestida? Solo hay que ver sus manos, se nota que no ha trabajado en algo en su vida. Será mejor que la dejemos en el bosque. A lo mejor las sombras se apiadan de ella y sino…será un buen sacrificio.

La palabra sacrificio me sonó muy mal pero más me asustaron aquellas sombras. El día anterior Mike también las mencionó y tenía miedo a pasar una noche en aquel gran bosque aunque ahora que me fijaba en mis manos me di cuenta de que Teresa tenía razón. Las manos de Luke, Mike y hasta Nancy eran ásperas e incluso tenían pequeñas cicatrices. En cambio las mías eran suaves y delicadas. No recordaba si había trabajado alguna vez pero seguro que si lo hacía no era comparable al trabajo que debían de realizar aquellas personas todos los días.

-Tienes razón-me atrevía a decir-No recuerdo si trabajaba o no pero seguro que puedo adaptarme a este estilo de vida. Solo dejadme intentarlo-les supliqué casi al borde de las lágrimas-Haré todo lo que pueda.
El jefe del pueblo me miró con pena. Seguramente se estaba apiadando un poco de mí así que cruce los dedos para que no me impusiera un trabajo muy duro.

-Vale puedes quedarte en el pueblo-dijo el gran hombre. Aquellas eran las palabras que más deseaba escuchar y solo escucharlas hizo que una gran sonrisa se plantara en mi cara.

-Pero-por qué siempre tenía que haber un pero-tendrás que trabajar en lo que te digamos. Sin ninguna queja.

-Gracias-le dije con toda mi admiración-No le defraudaré señor.

-Por favor no me llames seño-dijo con una sonrisa. Era la primera vez que veía alguna emoción reflejada en su cara pero ese gesto hizo que me sintiera segura, que él confiaba en mí-Llámame Koru.

Después de darle una de mis mejores sonrisas me di cuenta de una cosa. Teresa no se encontraba en la habitación. Entonces apareció bajando las escaleras con varias ropas andrajosas.

-¿No querrás trabajar así vestida verdad?-me dijo con tono sarcástico-Te puedes quedar con la ropa que llevas pero no te quiero ver trabajando con ella puesta. Sería toda una desgracia que esa camiseta se estropeara-dijo mirándome divertida y tendiéndome la ropa que llevaba.

Mi nuevo uniforme de trabajo consistía en un “vestido” de tirantas que me llegaba por encima de los muslos, con unos pantalones cortos y un poco rotos y unas alpargatas. También traía un sombrero de paja que hizo que mi sonrisa se borrara totalmente de mi cara. Iba a tener que trabajar al sol bastante tiempo.

-Por ahora trabajarás cultivando en el campo, a no ser que encontremos un trabajo que se amolde más a ti-me explicó Teresa con una sonrisa-¿Te parece bien papi?

-Me parece justo-afirmó Koru-Empezaras mañana. Lilly y Nancy te explicarán todo los detalles. Y ahora, si me disculpan, tengo otras cosas que atender-y dicho esto se fue a una habitación que había en la planta baja seguido de su “maravillosa” hija.

Lilly, Nancy y yo salimos por la puerta y nos dirigimos hacia casa. El pueblo ofrecía una imagen más alegre en la mañana. Todo el mundo estaba trabajando pero la mayoría nos sonreían y saludaban al pasar. Parecían bastante felices. Eso me daba más esperanzas y yo les devolvía el saludo con mi mejor sonrisa.

De repente un grupo de niños se acercó a nosotros y abrazaron a Lilly y Nancy. Parece ser que todos los habitantes de aquel pueblo las querían mucho e incluso comenzaba a sentir celos. Pero entonces una niñita, super cookie, se me acercó con cara curiosa.

-Señorita-me dijo mientras tiraba de mi camiseta-¿Cómo son las sombras?

Es pregunta me desconcertó. Todo el mundo sabía que eran las sombras. Las sombras son producto del reflejo de una luz. Pero luego me di cuenta a que sombras se refería. Se refería a las sombras del bosque. ¿Acaso aquella niña creía que las había visto?

-No lo sé-le dije a la chiquilla. Su dulce sonrisa inocente se borró de su cara y sus ojos me miraron con tristeza y decepción-No las he visto y, si las he visto, no las recuerdo.

-Muchas gracias de todas formas-me dijo con tono triste-Es que mi papi dice que tú las has visto lo que pasa que no nos quieres decir como son-y se fue con el resto de los niños a la placita del pueblo.

Lilly, Nancy y yo llegamos a la casa y nos acomodamos en una de las sillas. Lilly cogió unos ovillos de lana de color verde y rosa y comenzó a hacer punto con unas agujas de madera. Nancy cogió lo que parecía papel y comenzó a pintar. Yo no tenía ni idea de que hacer. No había tele, ni móvil…¡Ni si quiera había libros! Entonces recordé la pregunta que llevaba rondándome en la mente desde que Mike la pronunció el día anterior.

-Abuela Lilly… ¿Qué son las sombras?-me atreví a preguntar.

En cuanto formulé la pregunta las dos mujeres de la habitación dejaron lo que estaban haciendo y me miraron sorprendidas. ¿Tan malas eran aquellas sombras?

-Sabía que algún día nos preguntarías eso-empezó a decir Lilly-Lo que no sabía es que sería tan pronto.

-Creíamos que ibas a tardar más tiempo en darte cuenta que algo raro pasaba-dijo Nancy-Creo que deberíamos aunque sea decírselo.

-Te advierto una cosa chiquilla-dijo Lilly totalmente seria-Puede que tu vida, al saber esto, se vuelva bastante peligrosa para ti. Saber la verdad no siempre es bueno.

-Me atengo a las consecuencias-afirmé con total seguridad-¿Qué son las sombras?-volví a preguntar.

-No siempre hemos vivido así-comenzó a explicarme Lilly- Pero hace mucho tiempo de eso. Mi tatarabuelo fue de los primeros pobladores de este pueblo.

“Según las historias antes vivíamos en otro lugar. Se dice que al otro lado del bosque y, por causas que no se conocen, algunas personas tuvieron que huir al bosque para sobrevivir pero no se dieron cuenta de que el bosque era todavía más peligroso. Muchos de nuestros antepasados no sobrevivieron al bosque pues todas las noches las sombras aparecían.

“Nadie que conozca las ha visto y ha sobrevivido. Según cuenta los diarios de los primeros pobladores del pueblo las sombras son seres oscuros, sin rostro. Muchos pensaban que eran espíritus malignos y otros incluso solo creían que eran meras ilusiones por la falta de sueño, pero todos estaban de acuerdo en algo. Eran los seres más temibles que pudieran existir.

“Todas las noches debían correr y escapar de ellas pero muchos de ellos se quedaban en el camino.
“Los que tenían contacto directo con ellas nunca volvían vivos, los pocos que sobrevivían entraban en un estado de shock, que acababa en locura y los que solo las vislumbraban de lejos solo quedaban con pequeños problemas psicológicos. Algunos de nuestros antepasados decían evitar mirarlas ya que todos los que las veían acababan mal de alguna forma.

“Uno de los supervivientes de aquel grupo inicial, Hok el Valiente, se atrevió a hacer un trato con las sombras, así que una noche de luna llena, se quedó solo en un claro del bosque con una venda atada a la cabeza que le tapara los ojos para que no pudiese ver nada y esperó a las sombras. Para sorpresa de todos, al día siguiente, Hok volvió sano y salvo y con una salida a aquella huída. A cambio de un sacrificio anual, les daría a los supervivientes y sus futuros descendientes una zona segura donde las sombras no penetrarían por la noche. Así que los supervivientes al bosque edificaron un pequeño refugio en aquella zona que más tarde se convirtió en el pueblo que conoces-y dicho esto Lilly se quedó callada y me miró expectante esperando a ver mi reacción.

Todo esto era demasiada información para mí. Resulta que las sombras eran unos seres horribles y que si tenías algún tipo de contacto visual con ellas o te dejaban con secuelas psicológicas, o te volvías loco y morías de locura, o morías en el acto. Pero lo que más me preocupaba era el tema del sacrificio. ¿Qué tipo de sacrificio sería? ¿Sacrificarían algún animal o algo importante? Pero muy en el fondo sabía que el sacrificio no sería ningún animal como una vaca o un cerdo. Aquel sacrificio era humano. Y por las circunstancias mi instinto me decía que ahora mismo yo era la mejor candidata.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Lo siento mucho por mi tardanza pero es que ni en Semana Santa se tiene un pequeño respiro. Dadles las gracias a mi profesor de tecnología y al de sociales, el primero por ponernos un rollo de trabajo escrito, por supuesto acompañado de su mural correspondiente, y al segundo por su maravilloso examen de dos temas sobre Al-Alandalus y la Reconquista -__-

Bueno espero que este capítulo os deje un buen sabor de boca. Intentaré actualizar cuando pueda. :)