jueves, 7 de febrero de 2013

Sombras. Capítulo 5


Capítulo 5
Cena de puños
-La próxima vez que faltes a tu trabajo, aunque sea un segundo, estarás fuera de las murallas. ¿Entendido?-seguía regañándome Teresa.
Ya llevábamos una hora sin parar ¿Es que a esa mujer no se le gastaba la saliva? Desde que había llegado con Luke del bosque no hacía nada más que echarme la bronca.
-¡Te acabo de preguntar que si lo has entendido niñata!-me reprendió de nuevo la “jefa”. No entendía por qué me estaba regañando. ¡Ella no era la jefa de los campos!
-Déjala ya, Tess-le dijo Luke intentando ayudar- Necesitaba salir del pueblo. Lleva dos semanas aquí  encerrada-se acercó hacia la esquina donde me encontraba- Además, lo ha hecho para ver si podía recordar algo-mintió para mejorar la situación- ¡Imagina que recuerda por dónde ha venido!
-¡Y por eso no la he echado ya de comida a las sombras!-exclamó sulfurada Teresa- Tiene que aprender a valerse por sí misma. No sé cómo no ha muerto todavía-le dijo a Luke como si no estuviera en la habitación. ¡Cómo odiaba a la gente que hacía eso! Entonces Teresa se giró hacia mí de nuevo- Esto es todo lo que tenía que decir. Podéis marcharos-y dicho nos dio la espalda y se fue por el pequeño pasillo.
Luke y yo salimos de la casa con dolor de cabeza. Luke por la experiencia en el bosque y yo por la bronca de Teresa. ¡Ni que fuera mi madre!
-Mira Luke-le dije al rubio- Yo no puedo con esta mujer. ¡Me tiene manía!
-No te digo que no-me respondió con una pequeña sonrisa- Manía te tiene pero debes intentar por lo menos no discutir con ella- entonces Luke me cogió del hombro para que le mirara- Hazle un poco la pelota. Le gusta que le digan piropos.
-¿Piropos?-le pregunté incrédula- ¿Es que ese...ser abominable tiene sentimientos? Porque hasta ahora yo no se los he visto.
-No la tomes tú tampoco con ella. No te pongas a su nivel-me recomendó Luke- Eso es caer muy bajo y tú no eres así.
Llegamos a una placita que había escondida en el pueblo. Tenía un pequeño pero bonito pozo y un “banco”, si se le podía llamar así, frente a una pared llena de musgo.
-Vaya Luke-le dije sorprendida- No hace nada que nos conocemos y osas decir que me conoces perfectamente- nos sentamos los dos en el banco- Ya están empezando a aparecer las estrellas.
-Ajá-afirmó Luke- Esa es la Osa Mayor-dijo mientras me iba indicando con el dedo- Y aquella estrella que brilla tanto en realidad no es una estrella. Se trata de Venus.
-Vaya. No sabía que te gustara la astronomía-le dije acercándome un poco más- Tú me conoces perfectamente pero yo no sé mucho de ti.
-Conocerte es fácil-me dijo- Casi no recuerdas nada de tu pasado-la sonrisa se fue esfumando de mi cara. No me gustaba recordar que tenía amnesia. Luke se dio cuenta- Lo siento, no quería decir eso-intentó arreglar Luke pero no sirvió para nada- ¿Me perdonas?-me suplicó haciendo pucheros y mirándome a los ojos con ternura.
-Quita esa carita-le dije divertida- Sabes que no puedo decir nunca que no.
-¿Entonces me perdonas?-me preguntó de nuevo.
-Pues claro que sí tonto-le dije dándole un pequeño empujón- Vamos que nos desviamos del tema. Háblame un poco de ti-al ver que no sabía por dónde empezar le especifiqué un poco más- Tus gustos, aficiones...
-Ahhh-me dijo dándose cuenta- Pues me gusta andar por el bosque. Es una pena que no se pueda salir de noche porque tendría que ser precioso con todas estas estrellas-de repente se giró hacia mí- Si alguna vez desaparecen las sombras tú serás la primera persona con la que de un paseo nocturno. Te lo prometo.
-Gracias Luke-le dije envolviendolo en un gran abrazo fraternal- Si pasa alguna vez, y yo sigo viva, te prometo que estaré encantada de acompañarte.
Luke comenzó a hacerme cosquillas y yo tenía muchas. Otra de las cosas que sabía de mí.
-Por favor para-comencé a balbucear entre risas- Te lo suplico- los dos nos destornillábamos de risa pero se despistó un momento y ahora era yo la que le hacía cosquillas- Ahora quien es la jefa, ¿eh?
Entonces escuchamos un sonido y nos separamos de inmediato. Una sombra apareció en uno de los muros de la casa. Alguien se acercaba.
-¿Qué hacéis vosotros dos aquí?-preguntó Nancy apareciendo colgada del brazo de George. Este me miraba con los ojos llenos de furia.
-Nada-dijo Luke sin darle importancia- Lara se escapó del pueblo y me la encontré en el bosque. Cuando volvimos Tess le echó una bronca-dijo con una carcajada- Estamos descansando un poco hasta que se nos vaya este dolor de cabeza.
-¿Cuánto ha durado la bronca esta vez?-le preguntó curiosa Nancy.
-Una hora y media-le respondió Luke- Casi hemos estado a punto de superar el récord de Mike-dijo con una sonrisa pícara. Luke siempre sonreía y eso me hacía sentir segura. Las murallas nos salvan de las sombras pero, ¿qué me salva de lo que hay o, más bien, de quién hay dentro de estas?
-Siempre la liais, ¿eh?-nos dijo Nancy entre risas-Nosotros estábamos paseando por aquí cuando escuchamos unas ensordecedoras carcajadas y decimos mirar de dónde procedían.
-La curiosidad mató al gato, prima-le respondió Luke con picardía. Y tanto que podía matar. Esta tarde Luke casi muere por espiar a los encapuchados. Me negaba a creerlo pero había sido demasiado real.
-Tú y tus refranes, Luke- declaró Nancy mientras meneaba la cabeza con sorna- Cada día te pareces más a la abuela Lilly.
-Es lo que tiene vivir con ella-le respondió de igual manera el rubio- Bueno, será mejor que nos vayamos yendo a casa. Con la regañina de Tess todavía  no hemos cenado.
-Entonces será mejor que os dejemos-dijo George como si nada pero sin despegar su mirada de mí- Buenas noches-y se fueron los dos por donde habían venido.
-Dios-maldijo Luke- Mira, porque estaba Nancy si no…-empezó a decir apretando los puños- Te juro que le hubiese dejado la cara de tal forma que nadie lo reconocería. Es que no se puede ser más hijo de p…
-No lo digas- le corté antes de que terminara- Vamos a tener que lavarte la boca con jabón. Últimamente dices muchas palabrotas.
-Te recuerdo que no eres mi madre- me dijo molesto- ¡Ni mi abuela!- recalcó el chaval.
-Vale, vale, no me pegues- le dije quitándole importancia.
De repente, mi estómago sonó y Luke me miró con esa sonrisa de medio lado que me gustaba tanto.
-Creo que tu estómago tiene hambre- me dijo risueño- Será mejor que vayamos a casa. Ya sabes cómo se pone la abuela con respecto a las comidas-y se levantó ofreciéndome la mano para ayudarme a levantarme.
Cogí su mano y partimos de nuevo hacia la casa. Nos encontramos con las gemelas y los gemelos jugando en la plaza frente a la casa de la abuela Lilly. Jugaban a tirar unas piedrecitas en un cubo oxidado que estaba a unos metros de ellos. Lora acaba de colar su piedrecita y estaba saltando de alegría y haciéndole burlas a Matt. Entonces empezaron a perseguirse los unos a los otros y me entraron ganas de unirme a ellos pero me di cuenta de una cosa. Maya no estaba jugando, sino que estaba con una margarita sentada en un pequeño tocón. Parecía triste.
-Ve entrando a casa- le dije a Luke- Me voy a quedar un rato con Maya…Últimamente está rara.
-¿Seguro que no quieres que me quede?- me pregunta insistente.
-No hace falta. Además, las chicas nos sentimos más seguras hablando con chicas-le digo.
-Será que es que no os entendemos. La verdad es que sois demasiado bipolares- me responde- Que si estoy triste, que si estoy contenta, que si estoy enamorada…
-Perdona pero te equivocas- le digo molesta- El problema es que sois demasiado estúpidos para entendernos. Anda, entra en casa y dile a la abuelita que me guarde algo para cenar.
-Lo que usted diga, señorita- me dijo mientras me hacía una gran reverencia y después se fue.
Me acerqué hacia Maya. Estaba un poco blanca y me preocupaba que pudiera estar enferma ya que estos últimos días no comía demasiado.
-Hola Maya- le pregunté. Ella levantó la cabeza para mirarme y me saludo con la mano- ¿Por qué no estás con tus hermanos? ¿No te sientes bien?
-No es eso- me dijo- Es que…me da vergüenza decirlo- me confiesa mirando al suelo avergonzada.
-No tengas vergüenza- le intento convencer- Además, cuando alguien tiene algo que le preocupa lo mejor es contarlo.
Maya volvió a mirarme a los ojos pero no se sentía segura de contármelo. Se le notaba en la cara.
-Maya. No hace falta que me lo cuentes. Piénsatelo, ¿vale?- le digo- Si decides que quieres contármelo ya sabes dónde estoy.
La chiquilla se levantó del tocón y me dio un abrazo. Estaba tan sorprendida por su reacción que no me había dado cuenta de que me estaba mirando con aquellos ojos azules tan dulces.
-Gracias, Lara- me dijo con una sonrisa- No te preocupes, te lo contaré. Dentro de poco, pero no ahora- y volvió con sus hermanos.

-¿Vienes, Lara?- me gritó de repente Luke desde la puerta de la casa.
Solo con atravesar el umbral de la puerta me llegó el rico olor a carne asada con verduras. Ahora que me daba cuenta tenía mucha hambre y casi me dirigí corriendo hasta la mesa. Para mi grata sorpresa, George se encontraba sentado en la mesa justo al lado de la única silla que quedaba libre.
-¡LARA!-me gritó la abuela Lilly cabreada- ¡Siéntate ahora mismo! La comida ya estará fría y la gente tiene hambre.
-No hace falta que me esperéis para comer-le dije quitándole un poco de importancia.
-¡Claro que hace falta!-siguió diciendo Lilly- Somos personas civilizadas no animales, y las personas civilizadas esperan a que estén sentados todos los comensales antes de comenzar a comer.
-Lo que usted diga, Lilly- le respondí un poco de mala gana y me senté en la silla.
La abuela bendijo la mesa y todos comenzamos a comer con ansias. A Luke y a Mike casi ni se les veían las manos de lo rápido que se llevaban la carne a la boca. La abuela decía que éramos personas civilizadas pero a la hora de comer éramos totalmente animales. Aún así había un ambiente incómodo entre los comensales. Luke solo miraba su plato y cada vez que levantaba la vista era para darle una mirada asesina a George. La abuela Lilly ni siquiera hacía eso. Mike, seguía contando su jornada en los establos con la boca llena, como siempre. En cambio Nancy se notaba que era la que más confundida estaba.
-Abuela, ¿Por qué no están los gemelos?– pregunté intentando cambiar de tema- Hoy no están cenando con nosotros.
-Tardábais tanto que han cenado antes- me respondió la abuela cabreada- Además, un pajarito me ha contado que te has saltado el trabajo por la tarde.
-Pues antes hemos visto a Lara y Luke sentados en el callejón detrás de la taberna- dijo George con mala idea y una sonrisa de medio lado en la cara- ¿Verdad que sí, querida?- preguntó dirigiéndose hacia su prometida.
Nancy no contestó pero, como no, tuvo que saltar la abuela:
-¡¿CÓMO PODÉIS SER TAN IRRESPONSABLES?!-nos gritó la abuela casi echando humo- Lara, entiendo que todo esto es nuevo para ti, pero si te saltas el trabajo te van a echar.
-Trabajar, trabajar, trabajar...-comencé a decir- ¡Lo que pasa es que Teresa no me quería aquí y me tuvo que dar el peor trabajo del pueblo! ¿Es que no puedo dar mi opinión al respecto?
-Lara, sabes que estoy de tu parte, pero aquí Tessa es superior a ti y tienes que asimilarlo-me dijo Luke un poco arisco- Ya te dije que no debes meterte en líos en este sitio.

-Creo que es el mejor momento para recordarte que al final del año siempre solemos sacrificar a alguien- habló George con malicia- Y las sombras prefieren chicas jóvenes y guapas-dijo rozándome el brazo disimuladamente. Yo me aparté lo más disimuladamente posible pero, por desgracia, mi gesto se notó demasiado.

-No la toques-soltó Luke tirando la silla al suelo.

-¿Qué pasa, rubito?-le preguntó George levantándose también de su asiento-¿Le he hecho algo malo a tu novia?-siguió encarando a Luke, pero, antes incluso de que terminara la pregunta Luke ya se había abalanzado sobre él.

Comenzaron a rodar por el pequeño comedor dándose golpes y puñetazos por todo el cuerpo. Nancy se acercó a separarlos, pero en su intentó la golpearon haciendo que cayera al suelo llorando. La abuela Lilly lanzó un grito pero los dos muchachos que se peleaban como animales en el suelo ni siquiera se inmutaron y siguieron golpeándose.

Entonces me di cuenta de que el joven Mike me miraba como pidiendo ayuda para pararlos así que asentí con mi cabeza dando mi aprobación y nos dirigimos a separarlos.

Me acerqué hacia Luke e intenté cogerle por detrás pero él me quitó con un golpetazo en la cara de su camino. Sentí que algo caliente me surcaba el labio superior y, llevándome una mano a la cara descubrí que era sangre. Luke me había reventado la nariz.

De repente, Luke me miró y se dio cuenta de lo que había hecho y se dirigió corriendo hacia mi lado, dándole tiempo a Mike para coger George por los brazos.

-Lara yo...Lo siento mucho-dijo con en voz baja y entrecortada- Te juro que no era mi intención, pero no podía seguir soportando que te hablara y tocara de esa forma y que nadie hiciera nada al respecto-continuó mientras me acariciaba tiernamente mi mejilla.

-No te preocupes-le contesté apartándole la mano- No voy a morir por una pequeña hemorragia en la nariz.

-¡Esto ya es el colmo!-se escuchó de repente el grito de Lilly-¡No voy a consentir que dos muchachos luchen como lobos en el interior de mi casa y menos durante la cena!-entonces dirigió su dura mirada hacia George- George, aunque ya tengas veintitrés años, hasta que te cases vivirás bajo el techo de tu padre, así que hablaré con él sobre este incidente. Conociéndolo, va a ser una conversación muy interesantes- entonces se giró hacia nuestra dirección y enfocó su mirada en Luke- En cuanto a tí jovencito hablaré con Tessa en cuanto a tu trabajo. Creo que el andar tanto por el bosque te ha vuelto demasiado salvaje-y dicho esto se fue hacia su habitación.

Tras la salida de la abuela Lilly la habitación quedó sumida durante varios minutos en un silencio profundo como si de un entierro se tratara.

-George...Creo que deberías irte- dijo Nancy rompiendo la calma -Te veré mañana por la mañana- le dio un beso y se fue por las escaleras.

George recorrió con una atenta mirada toda la habitación, como si quisiera quedarse con cada uno de los detalles de la escena. Antes atravesar el umbral de la casa su amenazadores ojos se posaron por un momento en mi rostro. Tanto él como yo sabíamos que esta lucha no había acabado...todavía.

- Me voy a mi cuarto - dijo Luke sin dejar de mirar la puerta de entrada- No tengo ganas de estar despierto. Mike, vamos a arriba - dijo dirigiéndose a su hermano al pie de las escaleras-¡¿No me has oído?!- le gritó cabreado de nuevo. Mike no tardó en salir corriendo detrás de él.

Me quedé sentada en una de las sillas por unos minutos que podrían haber sido horas. Estaba preocupada por lo que acababa de ocurrido en aquella sala.La manera en la que actuó Luke con su hermano...No era normal en él.

Por fin decidí marcharme a la cama. Nancy ya estaba tumbada en la suya y la luna reflejaba su sereno rostro sumido por el sueño. Había estado llorando.